«Green Proyect» (reflexión del 2011 sobre esta etapa)
Cuando comencé a dedicarme profesionalmente a esto no tenía demasiado claro si quería solo pintar, o si debía incorporar a mi trabajo otras disciplinas artísticas, como la escultura, el video-arte, o la pintura virtual. Tocaba demasiados palos y eso me hacía descentrarme, hasta que hace un par de años llegué a la conclusión de que lo que me motiva de verdad, al menos de momento, es la pintura. Desde entonces pienso que mi obra ha ganado en madurez y calidad, o eso espero, ya que pongo todo mi empeño en ello. Me he centrado en el trabajo de la figura humana de manera despersonalizada, es decir, no quiero que se reconozca el retratado, pretendo que cualquiera pueda sentirse en la piel del personaje que aparece en cada cuadro. Me interesa que el espectador consiga captar sensaciones más allá del retrato, intento no hacer figuras frontales que siempre crean una tensión excesiva para el que mira. Últimamente estoy trabajando en retratos femeninos, que me hacen sentirme más identificada y pienso que hay una parte más grande de lo que soy en cada uno de ellos. También estoy trabajando con el movimiento contenido, con esos instantes que están entre la pausa y la acción, o cuando algo que está en movimiento parece quedarse suspendido por unos instantes. Como ya he dicho antes, casi todos los cuadros giran en torno al tema de la evasión. La técnica suele ser óleo sobre lienzo o tabla, aunque en algunas ocasiones utilizo el acrílico de base, ya que el proceso de secado en mucho más rápido. En cuanto a los soportes, hay mucha obra hecha en madera, muchos de los cuadros están realizados mediante aguadas dejando ver la textura del material de base y la madera da unas calidades muy buenas. Actualmente he vuelto a lienzo tradicional y estoy realizando trabajos un poco más empastados, pero la línea de trabajo es parecida.